Hace un tiempo Google soñó con escanear el conocimiento de la humanidad que estuviera consignado en documentos escritos para ponerlos online al servicio de todos, pero el proyecto se estrelló frontalmente contra los tribunales, en disputas por derechos de autor.
El sueño de Wells
Los investigadores de Harvard han hecho referencia al libro World Brain (Cerebro Mundial), escrito en 1938 por HG Wells, quien consigna allí su idea de una época no muy lejana a su tiempo, en la que cada persona en el planeta tendría un fácil acceso “a todo lo que se piensa o se sabe.”
World Brain recoge conferencias y artículos, en los que desarrollaba sus ideales de paz universal y principios del socialismo fabiano, consideraba que la educación universal era condición imprescindible para conseguir la utopía de un mundo unido y en paz, que la información tenía que ser asimilada a escala mundial para construir un mundo mejor en armonía y progreso.
Wells estaba influenciado y muy animado por un avance tecnológico en particular, que se dio en la década de 1930, como lo fue la microfotografía. Este autor supuso que el microfilm iba a ser la tecnología ideal para que, en un mundo generoso, el conocimiento humano pudiera quedar en las manos de todos, pero lo que vislumbro con el microfilm, es lo que tiempo mas tarde ocurrió con Internet
“Se acerca el tiempo en el que cualquier estudiante, en cualquier parte del mundo, podrá sentarse con su proyector en su propio estudio, con toda comodidad y examinar una réplica exacta de cualquier libro o documento”.
Con la iglesia hemos dado, Sancho.
(Don Quijote de la Mancha. Vol. II, Cap. 9)
El microfilm que Wells creyó, no pudo llevarse a cabo por su alto coste, pero Internet es el medio que puede llevar a cabo mantiene aún vivo el sueño de este autor utópico.
Internet es un sistema de información que puede almacenar y transmitir documentos de manera eficiente y barato.
Con la tecnología actual podríamos digitalizar los más de 100 millones de libros que han aparecido desde que Gutenberg inventó la imprenta en 1540, año que también se fundo la Universitat de Barcelona
Pero surge un problema; los enormes impedimentos legales, comerciales y políticos que caracterizan al industria editorial.
Sábete Sancho, que no es un hombre más que otro, si no hace más que otro.
(Don Quijote de la Mancha Vol. II, Cap. 18)
La Universidad de Harvard se ha unido a la lucha de los investigadores contra de las editoriales que cobran un precio desorbitado por las suscripciones a las revistas científicas. En una nota publicada en suweb yenviada a sus 2.100 investigadores y profesores, les anima a poner en libre acceso en Internet los resultados de sus investigaciones.
La nota publicada por la Universidad de Harvard acusa a las editoriales de provocar una situación “económicamente inviable” y “académicamente restrictiva"
Las suscripciones a revistas, a la Universidad de Harvard le suponen alrededor de 3,75 millones de dólares anuales y algunas publicaciones llegan a costar hasta 40.000 dólares anuales.
Robert Darnton, director de la biblioteca de Harvard comento al diario The Guardian
“Espero que otras universidades tomen medidas similares Todos nos enfrentamos a la misma paradoja, Nuestras facultad hacen la investigación, escribimos los artículos, documentos los revisamos, analizamos en comités, todo ello GRATIS... Y luego volvemos a comprar los resultados de nuestro trabajo a precios exorbitantes.”
Articulo completo de la entrevista The Guardian “Harvard University says it can't affordjournal publishers' prices”
La Universidad, los editores de revistas y el sueño de H.G Well.
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